Colegio de Arquitectos de Río Negro

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Saludamos al Arq. Oscar Silvetti con profundo respeto y cariño.

Hace 50 años tenemos el honor de contar con él como colega.
Compartimos un breve resumen de su extensa trayectoria, relatado por su hija, la Arq. Ana Silvetti:

 
Hoy cumplís 50 años de arquitecto.

Siempre supiste que querías ser arquitecto y no es casualidad, que tu primer dibujo es la porción de ciudad que veías desde tu ventana. A los 13 años perdiste a tu mamá y 5 años más tarde, con el apoyo de tu papá y de tus tres hermanas, viajaste de Allen directo a Buenos Aires para estudiar Arquitectura. Vivías en una pensión en Avenida de Mayo, no tenías tablero de dibujo (dibujabas en el piso) y vendías figuras de madera para comprar los materiales. Me lo dijeron tus compañeros; que eras de los mejores alumnos de la Universidad. Además, tu capacidad para formarte culturalmente en todas las ramas del arte y la música. En invierno de 1969, el día que el hombre pisó la luna, estabas preparando la entrega final con tus compañeros de equipo y escuchando la trasmisión del evento. El 29 de diciembre de ese mismo año, rendiste tu último final y te recibiste de Arquitecto en la Universidad de Buenos Aires. Te incorporaron en uno de los estudios más importante del país el del Arquitecto Francisco García Vázquez. Unos años más tarde volviste al Valle en un momento de auge y crecimiento de la zona para armar el Estudio. Tus obras fueron parte de la conformación de la región y hoy son representativas del lugar donde están. Cuando me cuentan que había lista de espera de 1 o 2 años para hacer sus proyectos con vos, lo creo.

De estos 50 años de arquitecto, hace 34 que sos mi papá y 10 que somos colegas. Somos de dos generaciones completamente distintas pero lo que me enseñas es completamente atemporal y esto es un resumen: Que el arquitecto se hace haciendo la arquitectura, no teorizando. Que el talento solo no alcanza, hay que trabajar duro. Que el concepto solo no alcanza, el edificio no se tiene que llover. Que sobre gustos, sí hay mucho escrito. Que si el arquitecto es bueno, la intervención no se nota. Que el esfuerzo por ser original, arruina la arquitectura.

También, que hay que ser responsable con la propuesta de proyecto que uno le hace al cliente; tenés que poder resolverla técnicamente y construirla. A tomarse las cosas en serio y con compromiso. Si estableciste un cronograma de visitas a obra, nieva, llueva o truene tenés que estar ahí, sos el Director de Obra. Si con ese rol no das el ejemplo, no esperes que los demás respondan a sus tareas correctamente. Además, de todas las cuestiones técnicas de una obra y de la relación con todas las partes involucradas.

Brindemos por todos tus años en la profesión...¡¡¡qué aguante!!!!