Colegio de Arquitectos de Río Negro

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En Arquitectura hay que enseñar sustentabilidad, y también responsabilidad

Actualmente no se forman arquitectos que tengan en cuenta el impacto ambiental de la construcción. 

Pasó el Día mundial del medio ambiente y en nuestra disciplina casi no nos enteramos. ¿Por qué será? ¿Será porque el tema ambiental y de la sustentabilidad aun no parece ser pertinente o central en nuestra profesión de arquitectos?

Un ejemplo de nuestro desinterés disciplinar es lo difícil de acordar sobre el significado de arquitectura sustentable: ¿Qué es? ¿Por dónde pasa? ¿Cómo y qué se debe enseñar para decir que se enseña arquitectura sustentable? Ni hablar cuando se trata de explicitar una metodología de diseño basada en una mirada desde la sustentabilidad.

Incluso están los detractores, los que no les interesa nombrarla o considerarla siquiera. O que les alcanza con sumar a lo habitualmente aprendido algunas estrategias de bioclimática, de ahorro energético o incluso de producción de energía, que ya es un avance pero para muchos de nosotros es insuficiente.

Para esquivar la discusión otros recurren a una frase que ya se vuelve retórica, sobre que toda la buena arquitectura es sustentable, y coincidimos. El tema sería discutir entonces qué es o cuál es la buena arquitectura y cuánto de ella se enseña.

No hay que confundir a “los maestros”, con los que todos hasta hoy estudiamos (y a los que hay que seguir estudiando) y sus obras (ejemplos o paradigmas de momentos clave de la historia de la arquitectura y de la cultura toda) con necesariamente “la buena arquitectura” si ello es sinónimo de arquitectura sustentable.

Si son realmente sinónimos (el que escribe cree que así es), hay que ver cuáles de las obras de la historia que se enseña de la arquitectura quedan en la lista de “buena arquitectura”.

Otro tema sería qué nuevos “maestros” hay que sumar (para no ahondar en la posible lista sugiero a Ralph Erskine o Rogelio Salmona) y de los nuevos o los aun vivos a los que se podrá llamar “maestros” hay que ir teniendo en la lista (¿Richard Rogers? ¿Renzo Piano? ¿Dominique Perrault?).

Esta lista sería un interesante intento de revisión crítica de nuestra profesión y arrastraría incluso la manera de ver la arquitectura. No quiere decir dejar de ver las otras obras que quedarían fuera porque tiene otros valores o conceptos a sumar o conocer. Cabe una aclaración en este momento: cuando hablo de arquitectura hablo de proyectar o hacer viviendas, espacios públicos, sectores urbanos, urbanismo y planificación. Toda esa escala de intervenciones es la arquitectura y son los espacios de desarrollo para la práctica sustentable de nuestra profesión (aunque alguna resolución ministerial reciente quiera negar esto o no lo avale).

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