Colegio de Arquitectos de Río Negro

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LA CASA DE TUCUMÁN: SÍMBOLO DE LA INDEPENDENCIA

Este 9 de julio deseamos compartir con nuestra comunidad algunos datos relevantes sobre la Casa Histórica de Tucumán, en donde se dio el acto de apertura a la libertad institucional del territorio del Plata. Este espacio recrea en su materialidad la vida del período hispano y la decisión de ofrecerla en generosidad patriótica para sesionar en un ambiente distinto al de las tensiones gubernativas.

La casona original, construida durante la década de 1760 por el comerciante Diego Bazán y Figueroa, originalmente fue pensada para otorgarla como dote al matrimonio de su hija, Francisca Bazán, con el español Miguel Laguna. Durante algún tiempo, llegaron a vivir en el complejo más de quince personas.

Se trataba una edificación de estilo señorial con una entrada de tipo zaguán, rodeada por dos habitaciones que daban a un primer patio, contorneado de habitaciones por sus cuatro costados. Luego se encontraban tres salones principales, un segundo patio, para seguir un tercer grupo de dependencias, destinadas al personal de servicio.

Entre marzo de 1816 y enero del año siguiente, esta edificación fue asignada para las sesiones del Congreso de Tucumán, y para la mayor comodidad de las reuniones, se derribó una de las paredes interiores que dividían dos de las tres salas ubicadas entre el primer y segundo patio. Fue en ese espacio donde se firmó la Declaración de Independencia de la Argentina, el 9 de julio de 1816.

Luego de finalizar las actuaciones del Congreso en Tucumán y con el traslado de sus funciones a Buenos Aires, la vivienda continuó habitada por los descendientes de Francisca Bazán de Laguna hasta que, en 1874, el gobierno nacional adquirió la propiedad.